miércoles, 3 de diciembre de 2008


BIBLIOTECAS DIGITALES


En esta última década, el rápido avance de la tecnología, ha originado la proliferación de fuentes de información digital, los revolucionarios sistemas de cómputo y la inesperada velocidad de expansión de las redes de computadoras han facilitado el procesamiento, la distribución y la explotación de este tipo de información. Día a día, nuestras actividades se involucran más con la tecnología, y el intercambio de información se ha convertido en una necesidad primaria de muchos sectores.

La facilidad con que ahora tenemos acceso a las redes de computadoras y el fuerte impulso que le dio el WWW a Internet, han sido las principales causas de esta enorme avalancha de información digital, utilizada por los millones de usuarios que demandan tanto almacenamiento como recuperación.

Esta evolución informática ha provocado una revolución en los conceptos tradicionales que teníamos de libros, bibliotecas, investigación y aprendizaje. No es difícil imaginarse que en un futuro toda la información será procesada y adquirida a través de medios electrónicos. El libro tradicional será complementado, y posiblemente reemplazado, por alguna nueva tecnología que permita al lector un mejor aprendizaje, o simplemente, una lectura más amena. La introducción de las computadoras en el ámbito educ ativo de todos niveles y el importante auge que ha tenido la educación a distancia -con investigadores, profesores y alumnos distribuidos geográficamente- hace inminente la necesidad de tener acceso a espacios electrónicos de información ordenada, distribuida, común y compartida.

El campo de las bibliotecas digitales cada vez toma mayor importancia dentro de las áreas de la información, éstas representan una interesante combinación entre aplicaciones, sistemas y longevas teorías tradicionales del manejo de información ordenada y estructurada. Asimismo, representan amplias oportunidades para el campo de la educación al extender y mejorar el acceso a nuevas formas de acercarnos al conocimiento, especialmente en áreas de ciencia y tecnología.

Las bibliotecas que han sido automatizadas están siendo transformadas o complementadas implementando bibliotecas digitales, bajo el concepto general de recopilar, almacenar y organizar información de manera digital, para poder realizar búsquedas, recu peraciones y procesamientos vía las redes de cómputo; todo bajo un ambiente sencillo para el usuario y tomando en cuenta factores fundamentales como la presentación y la representación de la información, los mecanismos de almacenamiento y recuperación, la interacción humano-computadora, la plataforma tecnológica y el ancho de banda de la red.

BIBLIOTECAS DEL FUTURO

martes, 18 de noviembre de 2008

BIBLIOHUMOR





¡¡ GOTITAS
DE HUMOR!!









Un hombre se acerca a la bibliotecaria y le pregunta:

-Señorita, ¿dónde esta el libro Hombre, un ser perfecto?

Y ella le contesta:-Allá, al fondo, en la categoría de ciencia-ficción..




















jueves, 13 de noviembre de 2008

HISTORIA DE LAS BIBLIOTECAS

http://www.wikipedia/

La voz biblioteca (del griego βιβλιοθήκη biblion = libro y thekes = caja), puede traducirse desde un punto de vista estrictamente etimológico como el lugar donde se guardan los libros.
En la actualidad esta concepción se ha visto hace tiempo superada para pasar a referirse tanto a las colecciones bibliográficas como a las instituciones que las crean y las ponen en servicio para satisfacer las demandas de los usuarios.

Definiciones
Según la norma UNE 50113-1:1992 sobre conceptos básicos de información y documentación, el término biblioteca puede definirse en dos sentidos:
Cualquier colección organizada de libros y publicaciones en serie impresos u otros tipos de documentos gráficos o audiovisuales disponibles para el préstamo o consulta.
Organismo, o parte de él, cuya principal función consiste en construir bibliotecas, mantenerlas, actualizarlas y facilitar el uso de los documentos que precisen los usuarios para satisfacer sus necesidades de información, investigación, educativas o de esparcimiento, contando para ello con un personal especializado.
Según la ALA (American Library Asociation) se define la biblioteca como una “Colección de material de información organizada para que pueda acceder a ella un grupo de usuarios. Tiene personal encargado de los servicios y programas relacionados con las necesidades de información de los lectores”.
La norma ISO 2789-1991 (Norma UNE-EN ISO 2789) sobre estadísticas internacionales de bibliotecas, la define como: “Organización o parte de ella cuya principal función consiste en mantener una colección y facilitar, mediante los servicios del personal, el uso de los documentos necesarios para satisfacer las necesidades de información, de investigación, de educación y ocio de sus lectores.”
Manuel Carrión la define en su Manual de Bibliotecas como “Una colección de libros debidamente organizada para su uso”. Hay que aclarar que Carrión toma el término libro en un sentido amplio como sinónimo de documento, esto es como soporte de información destinado a ser leído, y que contiene una parte del conocimiento social. Esta última precisión excluye a los documentos de archivo, que han sido generados por una persona física o jurídica en el ejercicio de sus funciones y no pertenecen al conocimiento social.

Biblioteca Julio Pérez Ferrero - Cúcuta, Colombia.
En todas las definiciones distinguimos tres elementos fundamentales:
Colección.
Organización.
Uso.
A estos tres elementos acompaña un cuarto factor, el personal encargado de su gestión y que es pieza clave del conjunto.
Cuando hablamos de colección nos referimos a una realidad heterogénea y en constante evolución. Durante muchos siglos se limitó a los libros en principio manuscritos, luego impresos. Posteriormente se incorporaron las publicaciones periódicas y otros impresos. Luego material cartográfico, música impresa, elementos gráficos, audiovisuales, microfichas, etc. En un paso siguiente se incorporaron los ficheros electrónicos en soportes físicos almacenados en la biblioteca y hoy día gracias al desarrollo de las telecomunicaciones e Internet, las bibliotecas empiezan a tener acceso a documentos que nunca poseerán físicamente, pues se hallan albergados en servidores remotos, a veces en otros continentes. Ello ha dado origen a la aparición de un nuevo concepto, el de biblioteca digital.
Siguiendo al profesor García Gutiérrez, la organización se refiere a la aplicación de un conjunto de técnicas normalizadas (análisis documental), basadas en unos conocimientos científicos, a un conjunto documental con el objeto de hacerlo más controlable y utilizable en su posterior recuperación.
El uso se identifica con la satisfacción de las necesidades de los usuarios, esto es la obtención del documento o de la información demandada.
De los tres elementos mencionados, la moderna Biblioteconomía hace especial énfasis en el uso, esto es, en los usuarios, por ser la razón de ser de las bibliotecas; ya que los otros dos factores, la colección y su organización existen en función de la satisfacción de sus necesidades informativas. En este sentido observamos como a través de los tiempos el foco de atención ha pasado progresivamente de la colección y su conservación, a su organización y luego al uso de la misma.
En 1931 el gran bibliotecario indio Ranganathan formuló sus cinco leyes, que resumen a la perfección el espíritu de la moderna Biblioteconomía:
Los libros están para usarse.
A cada lector su libro.
A cada libro su lector.
Hay que ahorrar tiempo al lector.
La biblioteca es un organismo en crecimiento.
es un lugar destinado al resguardo de un acervo bibliográfico de diferentes materias Maria A Escalona 5100

Tipología bibliotecaria
Las bibliotecas se pueden clasificar atendiendo a varios criterios (usuarios, acceso, ámbito geográfico, etc.). Las clasificaciones más utilizadas son las que proponen la UNESCO y la IFLA (International Federation of Library Associations):

Clasificación UNESCO
Bibliotecas Nacionales: Las denominadas “bibliotecas nacionales” representan la cabecera del sistema de los estados. Están financiadas con fondos públicos y cumplen una doble finalidad: proporcionar material bibliográfico de investigación para cualquier disciplina, y conservar y difundir el patrimonio cultural (referente a información registrada a lo largo del tiempo) de cada país. En general, cada Estado tiene una biblioteca que es considerada “nacional” y cuyos objetivos son los antes reseñados. Por sólo citar algunos casos paradigmáticos, sirvan como ejemplos la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, la Biblioteca Británica, la Biblioteca Nacional de España, la Biblioteca Nacional de Francia, la Biblioteca Nacional de Argentina, la Biblioteca Nacional de México, la Biblioteca Nacional de Chile, la Biblioteca Nacional de Colombia y la Biblioteca Nacional de Venezuela.
Bibliotecas universitarias: Son las bibliotecas de las facultades, escuelas y demás unidades académicas de las universidades y centros de enseñanza superior difieren de las bibliotecas de investigación. Están al servicio de sus estudiantes y tienen que apoyar los programas educativos y de investigación de las instituciones en que se encuentran integradas, de las que obtienen, por regla general, su financiación.
Otras bibliotecas importantes no especializadas: De carácter científico y erudito, ni universitarias ni nacionales. Ej: Biblotecas regionales.
Bibliotecas escolares:: estas complementan los programas de las instituciones a las que pertenecen,aunque también disponen de libros no académicos para fomentar el hábito de la lectura. Muchas cuentan con distintos medios audiovisuales y electrónicos. Su financiación procede de las instituciones escolares en las que están integradas.
Bibliotecas especializadas: Las bibliotecas especializadas están diseñadas para responder a unas necesidades profesionales concretas. Por ello, suelen depender de empresas, sociedades, organizaciones e instituciones específicas, que proporcionan a sus empleados y clientes estos servicios durante su trabajo. La formación del personal de una biblioteca especializada incluye conocimientos tanto de la materia que cubren sus fondos como de biblioteconomía.
Bibliotecas públicas: Las bibliotecas públicas pretenden responder a la amplia gama de necesidades que pueden demandar sus usuarios. Además de obras literarias clásicas, sus fondos pueden estar integrados por textos que proporcionan información sobre servicios sociales, obras de referencia, discos, películas y libros recreativos. Muchas de ellas patrocinan y organizan actos culturales complementarios, tales como conferencias, debates, representaciones teatrales, conciertos musicales, proyecciones cinematográficas y exposiciones artísticas. En este sentido, deben ser mencionados los servicios infantiles, sección característica de las bibliotecas públicas que promueve sesiones literarias, procura la existencia de una pequeña biblioteca infantil y, en ocasiones, hasta dispone de dependencias con juguetes. Dado que el objetivo de las bibliotecas públicas es satisfacer las necesidades del mayor número posible de ciudadanos, también suelen contar con máquinas de lectura y audición, así como con libros impresos en formatos especiales (por ejemplo con el sistema Braille) para personas que padecen problemas de visión. La financiación de estas bibliotecas procede de los poderes públicos locales.
Algunas de las nuevas formulas de bibliotecas infantiles son el bibliobús y las bebetecas. El bibliobús es una biblioteca móvil que se desplaza periódicamente por diferentes barrios de la ciudad, ofreciendo los servicios bibliotecarios a niños, jóvenes y adultos. Su objetivo es facilitar el acceso a la información, la cultura y el tiempo libre a todos los ciudadanos, sobre todo aquellos que por vivir en núcleos pequeños o dispersos carecen de una biblioteca estable. Las bebetecas se definen como un servicio de atención especial para la pequeña infancia (de 0 a 6 años) que incluye, además de un espacio y un fondo de libros escogidos para satisfacer las necesidades de los más pequeños y de sus padres, el préstamo de estos libros, charlas periódicas sobre su uso y sobre los cuentos, asesoramiento y una atención constante por parte de los profesionales de la biblioteca hacia los usuarios.

Clasificación IFLA

Vista panorámica de la antigua sala de lectura-British Library, Londres
División I: Bibliotecas generales de investigación
Bibliotecas nacionales.
Bibliotecas universitarias y otras bibliotecas generales de investigación.
Bibliotecas y servicios de información para parlamentarios.
División II: Bibliotecas especializadas
Bibliotecas gubernamentales.
Bibliotecas de Ciencias Sociales.
Bibliotecas de Geografía y Mapas.
Bibliotecas de Ciencia y Tecnología.
Bibliotecas de Ciencias Biomédicas y de la Salud.
Bibliotecas de Arte.
Bibliotecas de Genealogía e Historia Local
Division III: Bibliotecas que atienden al gran público
Bibliotecas públicas.
Bibliotecas para discapacitados.
Bibliotecas para niños y adolescentes.
Bibliotecas escolares y centros de recursos.
Bibliotecas para ciegos.
Servicios bibliotecarios para poblaciones multiculturales.
Bibliotecas metropolitanas.
Bibliotecas móviles.

Historia
Las bibliotecas son una realidad consolidada a lo largo de más de cuatro mil años de historia, que discurre pararela a la de la escritura y el libro.

Antigüedad

Tablilla cuneiforme de la colección Kirkor Minassian, Library of Congress, EE.UU. ca. 2400 a. C.
En sus orígenes tuvieron una naturaleza más propia de lo que hoy se considera un archivo que de una biblioteca. Nacieron en los templos de las ciudades mesopotámicas, donde tuvieron en principio una función conservadora, de registro de hechos ligados a la actividad religiosa, política, económica y administrativa, al servicio de una casta de escribas y sacerdotes. Los documentos se escribían en escritura cuneiforme en tablillas de barro, un soporte basto y pesado, pero que ha garantizado su conservación. Destacaron especialmente las bibliotecas-archivo de Mari, Lagash y Ebla, así como la del rey asirio Assurbanipal.
En el Antiguo Egipto existieron dos clases de instituciones: Casas de los Libros, que hacían las veces de archivos para la documentación administrativa y Casas de la Vida, que eran centros de estudios para los escribas y que poseyeron colecciones de las que se podía hacer copias. La escritura, en sus diversas formas, jeroglífica, hierática o demótica, se recogía en rollos de papiro.
En la antigua Grecia el libro y las bibliotecas alcanzaron un gran desarrollo. Las bibliotecas adoptaron formas que pueden considerarse como antecedentes de las actuales. La escritura griega, derivada del alifato semítico, permitió generalizar en cierta forma el acceso a la lectura y al libro y que aparecieran, por primera vez, bibliotecas desvinculadas de los templos. El periodo helenístico fue el del nacimiento de grandes bibliotecas legendarias, como la Biblioteca de Alejandría o la de Biblioteca de Pérgamo, que se crearon con la voluntad de reunir todo el conocimiento social de su tiempo y ponerlo a disposición de los eruditos.
En Roma, deudora de la cultura griega, se empleó el mismo soporte escriptóreo, el rollo de papiro. Allí se fundó la primera biblioteca pública de la que hay constancia, por parte de Asinio Polión y existieron grandes bibliotecas como la Octaviana y Palatina, creadas por Augusto, y la Biblioteca Ulpia, del Emperador Trajano. Las bibliotecas romanas acostumbraban a tener una sección griega y otra romana.

Imagen idealizada de la antigua Biblioteca de Alejandría
Con el auge del cristianismo empieza a difundirse un nuevo formato, el códice de pergamino y la lectura comienza a desplazarse de las instituciones paganas, en franca decadencia, a las de la naciente Iglesia cristiana.

Edad Media
En los tiempos medievales, con las invasiones bárbaras y la caída del Imperio Romano de Occidente, la cultura retrocede y se refugia en los monasterios y escritorios catedralicios, únicos lugares que albergan bibliotecas dignas de tal nombre. Son centros donde se custodia la cultura cristiana y los restos de la clásica, al servicio de la Religión. Bibliotecas de monasterios como Saint Gall, Fulda, Reichenau, Monte Casino, en Europa o Santo Domingo de Silos, San Millán de la Cogolla, Sahagún o Santa María de Ripoll en España, se convirtieron en los centros del saber de su tiempo
A partir de la Baja Edad Media con la creación de las universidades primero y con la invención y difusión de la imprenta después, se crean las nuevas bibliotecas universitarias, al tiempo que el libro alcanza a nuevos sectores de la población.

Vista de la Biblioteca Coránica de Chinguetti Chinguetti,Mauritania.
En Oriente, Bizancio, actuó de nexo de unión con la cultura clásica, que sobrevivió de este modo, influyendo sobre el mundo árabe y eslavo y también sobre la atrasada Europa occidental. Aquí hubo grandes bibliotecas en monasterios y ciudades. El mundo árabe también creó sus bibliotecas ligadas a las mezquitas y los centros de enseñanza coránica, madrasas. También aquí se crearon algunas de las mayores bibliotecas de su tiempo como la del califa Al-Mamum en Bagdad o Abd-al-Rahman III y su hijo Al Hakam II en Córdoba.

Edad Moderna
El Renacimiento marcado por la invención de la imprenta, creación de Johannes Gutenberg, y las luchas derivadas de la Reforma protestante, vio nacer, gracias a los ideales humanistas, un nuevo modelo de biblioteca principesca. Esta corriente desembocará en la aparición de bibliotecas reales y de la alta nobleza, que merced a los nuevos valores se abren a un público de eruditos y estudiosos. Destacan en el siglo XVI la francesa de Fointaneblau o las creadas en Austria y Baviera. En España destacan la de Hernando de Colón, la de la Universidad Complutense y la de El Escorial, creada por Felipe II, modelo de las posteriores bibliotecas barrocas.

Vista de la Bibliothèque de Alençon Alençon,Francia.
En el siglo XVII se crean grandes bibliotecas eruditas como la Bodleiana en Oxford, la Ambrosiana en Milán o la Mazarina en París, de la que fue bibliotecario Gabriel Naudé autor de Advis pour dresser una bibliothequè, considerado como el Padre de la Bibliotecología (también conocida como Biblioteconomía).
Durante el siglo XVIII se crearon la Biblioteca del Museo Británico, antecesora de la British Library actual y la Biblioteca Real, germen de la Biblioteca Nacional de España. En esta centuria nacen la Biblioteca Braidense, en Milán, y la Real de Lisboa. También en este periodo nacieron las que serían andando el tiempo las bibliotecas universitarias de Yale, Harvard y Princeton.

Edad Contemporánea
Las revoluciones francesa y americana, supusieron el inicio de la extensión por Europa y América de nuevos principios democráticos y el nacimiento de una verdadera voluntad de hacer accesible la cultura y la educación para todos. En el mundo de las bibliotecas, esto supuso el nacimiento de una fiebre desamortizadora que se extendió por todo el continente y que transfirió a la sociedad un inmenso tesoro bibliográfico procedente de las instituciones del Antiguo Régimen, singularmente la Iglesia Católica. Pese a todo, este deseo de acercar la cultura a toda la sociedad no consiguió hacerse realidad hasta mediados del siglo XIX, con la aparición en el mundo anglosajón de la biblioteca pública, (public library).
Paulatinamente se fue consolidando la idea de que todos los seres humanos tienen derecho al libre acceso a la información. Sin embargo, siguiendo a Carrión, se puede afirmar que ante este hecho se establecieron tres corrientes que han determinado el pensamiento bibliotecario del siglo XX:
La concepción europea continental, fuertemente marcada por el peso de los fondos antiguos y con una gran vocación conservadora y bibliófila, que ve a las bibliotecas de investigación como las auténticas bibliotecas. Asigna a las biblioteca pública una misión educativa.
La concepción anglosajona, muy influida por ideas como el libre acceso a la información, el deseo de lograr su máxima difusión, una activísima cooperación interbibliotecaria y la extensión bibliotecaria.
La concepción socialista, que ve en la biblioteca un instrumento esencial en la educación pero también de propaganda y de control ideológico de la sociedad.
A partir de 1989 con la caída del muro de Berlín, el modelo socialista entra en crisis y en la actualidad prácticamente ha desaparecido, salvo algunas excepciones, intentando adaptarse a los nuevos valores democráticos y a los continuos recortes presupuestarios. El modelo anglosajón se ha extendido por todo el mundo durante la 2ª mitad del siglo XX, y ha influido fuertemente en la Biblioteconomía actual, especialmente gracias a las doctrinas de la IFLA y de la UNESCO, con programas como la UAP (Universal Availability of Publications), UBC (Universal Bibliografic Control), PAC (Preservation and Conservation) o UDT (Universal Dataflow and Telecommunications). La concepción continental pervive todavía ejerciendo una gran influencia sobre las bibliotecas nacionales y en el fondo sobre muchas bibliotecas de investigación y de carácter superior. Además ha influido aportando su carácter educativo a la biblioteca.

lunes, 27 de octubre de 2008

BIBLIOTECAS NACIONALES DE TODO EL MUNDO




Abu Dhabi
The National Library
&
Albania
National Library
&
Alemania
Die Deutsche Bibliothek
&
Andorra
Biblioteca Nacional d'Andorra
&
Arabia Saudí
King Fahad National Library
&
Argelia
Bibliotèque Nationale d'Algérie (OPAC)
&
Argentina
Biblioteca Nacional de Argentina
&
Armenia
National Library of Armenia
&
Aruba
Biblioteca Nacional
&
Australia
National Library of Australia
&
Austria
Österreichische Nationalbibliothek
&
Azerbaijan
National Library
&
Bahamas
National Library and Information Services
&
Bangladesh
National Archives and the National Library of Bangladesh
&
Bélgica
Bibliothèque Royale de Belgique
&
Belize
National Library Service of Belize
&
Benin
Bibliotèque Nationale de Benin
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Bermudas
Bermuda National Library
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Bielorrusia
The National Library of Belarus
&
Bolivia
Biblioteca Nacional de Bolivia
&
Bosnia - Herzegovina
National and Univesity Library of Bosnia and Herzegovina
&
Brasil
Fundaçao Biblioteca Nacional
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Brunei
Dewan Bahasa dan Pustaka Library
&
Bhután
The National Library of Bhutan
&
Bulgaria
National Library
&
Cabo Verde
Biblioteca Nacional
&
Canadá
Bibliothèque Nationale de Quebec
&
Canadá
National Library of Canada
&
Chile
Biblioteca Nacional de Chile
&
Chipre
Cyprus Library
&
China
National Library of China
&
Colombia
Biblioteca Nacional de Colombia
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Corea
The National Library of Korea
&
Costa Rica
Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano
&
Croacia
National and University Library
&
Cuba
Biblioteca Nacional José Martí
&
Dinamarca
Danish National Library of Science and Medicine
&
Dinamarca
Det kongelige Bibliotek
&
Ecuador
Biblioteca Nacional Eugenio Espejo
&
Egipto
Egyptian National Agricultural Library
&
El Salvador
Biblioteca Nacional de El Salvador
&
Emiratos Árabes Unidos
National Library
&
Escocia
National Library of Scotland
&
Eslovaquia
National Library
&
Eslovenia
National and University Library
&
España
Biblioteca Nacional de Ciencias de la Salud
&
España
Biblioteca Nacional de España
&
Estados Unidos
Library of Congress
&
Estados Unidos
National Library of Agriculture
&
Estados Unidos
National Library of Education
&
Estados Unidos
National Library of Medicine
&
Estonia
National Library of Estonia
&
Etiopía
National Library of Ethiopia
&
Filipinas
The National Library of the Philippines
&
Finlandia
The National Library of Finland
&
Francia
Bibliothèque Nationale de France
&
Gales
National Library of Wales
&
Georgia
National Parlamentiary Library
&
Grecia
Biblioteca Nacional de Grecia
&
Groenlandia
Det Grønlandske Landsbibliotek
&
Guatemala
Biblioteca Nacional
&
Guyana
Guyana National Library
&
Holanda
Koninklijke Bibliotheek
&
Honduras
Biblioteca Nacional de Honduras
&
Hungría
National Szechenyi Library
&
India
National Medical Library
&
India
The National Library, India
&
Indonesia
Perpustakaan Nasional Republik Indonesia
&
Irán
Iran National Library
&
Iraq
Iraqi National Library and Archives
&
Irlanda
National Library of Ireland
&
Islandia
National and University Library of Iceland
&
Islas Cook
The National Library of the Cook Islands
&
Islas Faeroe
The National Library of the Faroe Islands
&
Israel
Jewish National and University Library
&
Italia
Biblioteca Nazionale Centrale di Roma
&
Italia
Biblioteca Nazionale Centrale Firenze
&
Italia
Biblioteca Nazionale Marciana
&
Jamaica
National Library of Jamaica
&
Japón
National Diet Library Japon
&
Jordania
The National Library
&
Kazajstan
National Library of Kazakstan
&
Kenya
Kenya National Library
&
Kosovo
The National and University Library of Kosova
&
Kyrgyzstan
National Library of Kyrgyzstan
&
Kuwait
National Library of Kuwait
&
Laos
National Library
&
Letonia
National Library of Latvia
&
Líbano
Baakleen National Library
&
Libia
National Library
&
Liechtenstein
Biblioteca Nacional de Liechtenstein
&
Lituania
Martynas Mazvydas National Library of Lithuania
&
Luxemburgo
Bibliothèque nationale Luxembourg
&
Macao
Biblioteca Central de Macau
&
Macedonia
National and University Library St. Kliment Ohridski
&
Malasia
National Library of Malaysia
&
Maldivas
The National Library of Maldives
&
Malta
National Library of Malta
&
Mauricio
National Library
&
México
Biblioteca Nacional de México
&
Moldavia
Biblioteca Nationala a Republicii Moldova
&
Mongolia
National Library of Mongolia
&
Montenegro
National and University of the Republic of Srpska
&
Myanmar
The National Library of Myanmar Yangon
&
Nabimia
Namibia National Library
&
Nepal
Nepal National Library
&
Nicaragua
Biblioteca Nacional Rubén Darío
&
Nigeria
National Library of Nigeria
&
Noruega
Nasjonalbiblioteket
&
Nueva Zelanda
National Library New Zealand
&
Omán
Sultan Qaboos University Library
&
Panamá
Biblioteca Nacional
&
Pakistán
National Library of Pakistan
&
Perú
Biblioteca Nacional
&
Polonia
Biblioteka Narodowa w Warszawie
&
Portugal
Biblioteca Nacional de Portugal
&
Reino Unido
The British Library
&
República Checa
National Library of the Czech Republic
&
República Dominicana
Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña
&
Rumanía
Biblioteca Academiei Romane
&
Rusia
Rusia State Library
&
Rusia
National Library of Russia
&
Senegal
Bibliothèque nationale du Sénégal
&
Serbia
Matica Srpska Library
&
Siria
Al-Assad National Library
&
Singapur
National Library
&
Sri Lanka
National Library of Sri Lanka
&
Suazilandia
Swaziland National Library Service
&
Sudáfrica
National Library of South Africa
&
Suecia
Kungliga biblioteket Sveriges Nationalbibliotek
&
Surinam
National Database Suriname - National Library
&
Suiza
Bibliothèque National Suisse
&
Tailandia
National Library of Thailand
&
Taiwán
National Cantral Library of Taiwan
&
Trinidad y Tobago
National Library and Information System Authority
&
Túnez
Bibliothèque Nationale Tunisie
&
Turquía
Millî Kütüphane. National Library of Turkey
&
Ucrania
The Vernadsky National Library of Ukraine
&
Uganda
National Library of Uganda
&
Uruguay
Biblioteca Nacional
&
Uzbekistán
National Library of Uzbekistan
&
Vanuatu
National Library of Vanuatu
&
Vaticano
Biblioteca Apostolica Vaticana
&
Venezuela
Biblioteca Nacional de Venezuela
&
Vietnan
Thur Viên Viêt Nam